En medio de la naturaleza y bosque nativo, se extrae cuidadosamente la fibra vegetal del “Chupón” que representa la identidad y tradición de familias artesanas Lafkenches, que de generación en generación han especializado su quehacer conectándonos con la esencia y tradición de la costa de la Araucanía con las famosas Pilwas, que en Minina mo les presentamos en formatos y diseños especiales.
Se recolectan las fibras en el bosque, seleccionando las hojas más nuevas de la planta Greigia sphacelata, más conocida como Chupón o Quiscal. luego se retiran las pequeñas espinas de los bordes con un paño grueso, se separa la hoja en hebras más pequeñas, llegando casi hasta el final para dejarlas unidas en la base, para esto se puede usar una herramienta casera como un cepillo hecho con clavos o manualmente, para luego dejar secar por unos tres días. Después se hace una soga hilando las hebras con una técnica de rose entre las palmas de la mano, haciendo que giren las hebras para quedar unidas. Luego se cortan las fibras que sobresalgan del hilado obtenido, para tener un hilo más liso y sin roces, una vez transformado en ovillo se comienza a tejer utilizando los pies y manos para estructurar el sistema de tejido manual que se hace a formando nudos como patrones que se repiten dejando espacio de aire según el diseño y uso que se requiera.
Entre los bosques y naturaleza de Chiloé, podemos encontrar la fibra vegetal de “Manila”. Una planta insertada que ha facilitado la cosecha y recolección de la fibra agilizando el trabajo de la cestería Chilota y que representa el traspaso de un oficio de generaciones de artesanas y artesanos que han encontrado nuevos usos en sus productos, adaptándose y manteniendo a la vez la tradición de sus tejidos.
Se seleccionan las hojas a cortar según el largo y grosor que requiera el tejido a realizar. Cada hoja se separa en lonjas hasta llegar a la base, se amontonan estiradas y se cuelgan arriba o al rededor de la cocina a leña en invierno. Una vez seca, se vuelve a humedecer para hacer el tejido que se requiera y dar flexibilidad y manejo a la técnica utilizada.
En muchas playas de Chiloé, podemos ver la abundancia de cabos de plásticos que quedan varados de los desechos de pesca, acumulándose en el mar y sus costas, contaminado el ambiente y dificultando la vida de diferentes especies. Orieta, una chilota muy especial y creativa, fue una de las mujeres que comenzó con la iniciativa de utilizar ese plástico como material para la creación de objetos de cestería con las técnicas chilotas.
Se recolectan las cuerdas de cabos en la playa, se abren y se seleccionan por color, luego se lavan y remojan para quitar los restos ajenos al material, se dejan secar al aire libre, de manera horizontal o vertical y luego se tejen con las técnicas chilotas para ir armando la pieza previamente diseñada.
En el altiplano chileno, familias Aimara crían sus alpacas domesticadas desde antaño, siendo parte fundamental de su sustento y cultura, lo que les genera trabajo y materia prima para el tejido ancestral en telar y la fabricación de ovillos de lana.
Para obtener el vellón se esquilan las alpacas cuidadosamente cada uno o dos años dependiendo del largo del pelo. Para esto, se seleccionan por especies, y estado de los animales, Luego se esquila y se separa la fibra obtenida según especie, calidad, grosor y tonalidad. Luego algunas familias entregan el vellón a cooperativas locales, los que luego las hilan para entregarles un porcentaje de ovillos como pago de su trabajo por hilar. Otros artesanos prefieren hilar directamente sus lanas con ayuda de maquinas artesanales. Una vez listo el material para trabajar, las artesanas y artesanos pueden empezar con su trabajo de tejido por medio de telares principalmente, manteniendo así sus tradiciones y traspasando el oficio heredado por sus antepasados.
A la sombra de los árboles y bosque nativo, se encuentra la planta rastrera y trepadora llamada Voqui/ Boqui, con la que se tejen productos utilitarios y decorativos. Esta fibra es trabajada en diferentes zonas del sur de Chile, pero nuestros productos en boqui son al estilo Chilote.
Se seleccionan desde el suelo las fibras más largas y del grosor que se necesite según el tejido y utilidad final. Se desprende poco a poco tirando el tallo sin dañarlo y cuidando siempre que un trozo de raíz o varios, queden en el suelo para permitir que siga creciendo en el futuro (según comenta una mujer recolectora) una vez despegado del suelo se corta con un cuchillo cuidadosamente. Luego se prepara una olla con agua hirviendo, se sumergen los rollos de boqui y se deja por varias horas, desde la mañana hasta la tarde, permitiendo que se ablande la fibra. Al sacar el boqui de la olla, se deja reposando en un cuenco con agua durante tres semanas aproximadamente. Transcurrido ese tiempo, el boqui está listo para limpiarse, sacando pequeñas ramas, hojas y corteza para dejarlo liso, lo que va a permitir un mejor manejo y estética al hacer tejido, aunque también hoy en día hay quienes valoran el trabajo más rústico y prefieren dejar el material con la corteza. Luego de este proceso, se deja secar al aire libre por una semana aproximadamente, verificando siempre que mantenga su flexibilidad para lograr un buen manejo de la fibra.
Trabajamos con lana de oveja criada e hilada en Chile principalmente con procesos artesanales.
Para obtener el vellón se esquilan los ovinos una vez por año a fines de primavera o inicio del verano. Para esto, se busca una postura cómoda del animal para facilitar el trabajo y mantener el bienestar del mismo. Luego se extiende la fibra en una mesa para separar los defectos o restos ajenos al vellón. Una vez terminado ese proceso, se enrolla y se almacenan por color para evitar mezclar las tonalidades. Luego se elige el color a trabajar, se lava con agua caliente y se enjuaga con agua fría para luego dejar secar con la fibra extendida. Luego de manera manual o con la ayuda de una maquina se peina para estirar las fibras hasta poder formar líneas largas con el vellón. Luego con la ayuda de una matriz de madera se enrolla y ya está lista para teñir o volver a lavar para quitar restos que puedo dejar el proceso.
Descubre cómo trabajamos la fibra del Boqui / Voqui